Con la experiencia que nos confieren nuestros más de 20 años como partícipes del sector de las energías renovables, desde irradia consulting estamos en disposición de aportarle nuestra capacidad y saber hacer, así como la seguridad que más de 650 proyectos e instalaciones realizadas nos proporcionan.

Instalaciones de Energía Solar Térmica, Energía Solar fotovoltaica, Biomasa, Geotérmica o Aerotérmica son parte de nuestro portfolio a lo largo de estos años, habiendo diseñado, desarrollado o ejecutado las mismas a nivel nacional e incluso internacional.

La instalación de captadores solares térmicos permite convertir la radiación solar en calor para su aprovechamiento en cualquier tipo de proceso térmico: producción de agua caliente sanitaria, calefacción, climatización de piscinas o calor de procesos industriales, lo que representa una excelente oportunidad para múltiples aplicaciones, tanto a nivel residencial, servicios o industrial, como por ejemplo en:

En aplicaciones aisladas, donde no se disponga de suministro de electricidad a través de la red eléctrica, o bien en instalaciones conectadas a red, la energía solar fotovoltaica constituye una solución rentable y sostenible para la producción de su propia energía eléctrica, mediante el uso de energías renovables.

Tanto en instalaciones de autoconsumo, como en instalaciones aisladas de la red, la energía eléctrica producida por el sistema fotovoltaico le permitirá disfrutar de electricidad en su hogar de forma totalmente gratuita, minimizando los gastos de su factura eléctrica, gracias a un modelo de generación autoónomo en la que su autoproducción le posibilitará ser mucho más permeable a las fluctuaciones del coste de la energía externa.

Benefíciese del bajo coste de los sistemas fotovoltaicos y conviértase ahora en autoproductor de su propia energía eléctrica limpia. Contribuirá a un desarrollo sostenible y a la mejora del medioambiente reduciendo las emisiones de CO₂ a la atmósfera, además de poder obtener importantes beneficios económicos.

La energía producida mediante la utilización de la biomasa es una de las energías renovables más extendidas; entendiendo por biomasa, toda materia orgánica de origen vegetal o animal, incluyendo los residuos y deshechos orgánicos, susceptible de ser empleada como fuente energética.

Esta materia orgánica es muy heterogénea y comprende desde deshechos de cultivos agrícolas (huesos de aceituna, cáscaras de frutos secos, restos de podas de vid, etc.) o vegetales (paja, plantas de cereales,  myscanthus u otras plantas energéticas), a restos de madera, bien en bruto, como astillas, virutas o serrín, o bien procesadas como los pellets de madera.

Las aplicaciones de la biomasa como combustible son enormes, pudiéndose emplear en cualquier proceso que precise energía térmica, tanto a nivel doméstico y residencial, como en procesos industriales, obteniendo unos excelentes resultados y una rápida amortización.

En términos medioambientales, el CO₂ que resulta de la combustión de las plantas de las que procede nuestra biomasa, es el mismo que éstas han ido absorbiendo durante su crecimiento del aire que las rodea, pudiendo éste ser empleado de nuevo para el crecimiento de nuevas plantas. Es por ello, que podemos decir que el balance de CO₂ en la atmósfera al final del ciclo, es neutro.

Los sistemas geotérmicos usan la energía solar almacenada en el suelo, con gran eficacia para producir agua caliente sanitaria,  calefacción y refrigeración en casas unifamiliares y en edificios, reportando un importante ahorro económico a sus propietarios.

La energía que el sol proporciona a las bombas de calor ronda el 75‐80 % de la energía precisa para su funcionamiento, mientras que únicamente el 20‐25 % restante será aportado a través de la conexión eléctrica, representando una de las energías renovables más eficientes.

Entre sus ventajas, además de su alta eficiencia y ser respetuoso con el medio ambiente, se trata de un sistema limpio, fácil de instalar y no precisa chimenea.

Los sistemas aerotérmicos están reconocidos igualmente como energías renovables según se recoge en la Directiva 2009/28/CE y usan la energía solar almacenada en el ambiente, con gran eficacia para producir agua caliente sanitaria,  calefacción y refrigeración en casas unifamiliares y en edificios, reportando un importante ahorro económico a sus propietarios.

La energía que el sol proporciona a las bombas de calor ronda el 70% de la energía precisa para su funcionamiento, mientras que únicamente el 30% restante será aportado a través de la conexión a la red eléctrica.

Entre sus ventajas, además de su alta eficiencia y ser respetuoso con el medio ambiente, se trata de un sistema limpio, fácil de instalar y no precisa chimenea.